Camino de los Monumentos, Bustos y Fuentes

Puntos estratégicos de la ciudad, ubicados en los principales espacios verdes, cuentan la historia desde otra perspectiva dejando su marca para que quienes los visiten conozcan un poco más sobre lo que representan.

Ubicado en la plazoleta a la que le da el nombre, fue diseñado y montado en 1999 por la artista Marina Aráoz, como un homenaje a la mujer y su rol en la sociedad, de cara al nuevo milenio; sosteniendo “los ideales de una familia” con una muestra de equilibrio “entre cuerpo, mente y espíritu”, así lo describió su autora.

Cumple con la necesidad presente que tuvieron los veteranos y las familias de recordar y de homenajear. El monumento es un cenotafio que fue inaugurado el 2 de abril de 2005 y fue diseñado y realizado a pedido de la agrupación Veteranos de Malvinas. Consta de 15 placas que componen una pared semicircular: en la central se leen unas palabras de reconocimiento y en cada una de las 14 restantes se erigen los nombres, apellidos y función que cumplieron en la guerra los caídos bahienses. En placa metálica, que se eleva desde el centro hacia el cielo, se calaron las siluetas de las islas y se inscribió la frase “y juraron con gloria morir’’.

El 2 de abril de 2009 se incorporó en el espacio una línea de paneles altos que acompañan el camino zigzagueante del paseo público; en esas gigantografías luminosas se ubican las fotos individuales de cada uno de los 23 caídos.

El Dr. Milstein, oriundo de nuestra ciudad y ganador de un premio Nobel de Medicina en el año 1984, es considerado uno de los científicos argentinos con mayor prestigio internacional. Su tierra natal lo recuerda a través de este original y creativo monumento que permite una interacción con el visitante. Está formado por un gran círculo rojo claro recortado en el cielo azul, sostenido por siete columnas y fuera de plano, representando un microscopio. Cuando se observa el cielo desde el interior del monumento, se puede apreciar que la inclinación del aro superior está orientado hacia la Cruz del Sur que puede observarse en el centro del mismo todos los 24 de marzo, fecha de fallecimiento del científico bahiense.

Se encuentra en la plazoleta a la que le da el nombre, delimitada por las calles Zelarrayán, Cuyo y Manuel Alberti.

La iniciativa surgió a partir de un pedido de la Comisión de Reafirmación Histórica y del Centro Brigadier Gral. Juan Manuel de Rosas, en el que solicitaban el traslado del cañón emplazado en la Plazoleta Garibaldi a un lugar que marcara la significación histórica. De esta forma, se fue concretando la idea de homenajear a quienes defendieron nuestra Soberanía Nacional en 1845 en el Río de La Plata, en La Vuelta de Obligado; y en 1982 defendiendo las Islas Malvinas. La plazoleta conjuga la idea de soberanía porque además, se encuentra en el espacio adyacente al Memorial de Malvinas que reafirma nuestro recuerdo permanente al conflicto bélico de 1982.

Ubicado en la calle principal de acceso al Parque de Mayo. Se trata de un Bien de Interés Artístico e Histórico Nacional. Fue inaugurado en 1932 y recrea escenas propias de nuestra región: El Rodeo, Los Estibadores, La Conquista del Desierto y la Vida Campera. Además, sobre la parte superior destaca una mujer portando el escudo, representando el cobijo de la Nación Argentina, hermanada con un colono, un inmigrante y un soldado. Es obra del reconocido escultor nacional César Sforza.

Donado por la colectividad italiana en 1978, en el marco del aniversario 150 de la fundación de la ciudad. Consta de 4 escalinatas en su base y una plataforma donde se ubica un pedestal y una columna de orden dórico que sostiene en la parte superior la estatua de los fundadores del pueblo de Roma.

Es un pilar ubicado en una pequeña rotonda, cercana a la pista de salud, donada en 1929 por el centenario de la fundación de la ciudad; tenía una funcionalidad estética y práctica puesto que era un pilar-reloj.

Fue el primer monumento que tuvo la localidad inaugurado el 25 de mayo de 1910. En 2010 se extrajo una caja de plomo colocada a un costado del basamento, la misma fue colocada el 23 de mayo de 1910 y contiene un material muchísimo más rico y variado de la época del Centenario. La estatua fue fundida en los talleres de Campo de Mayo y traída hasta nuestra ciudad en tren. Su pedestal fue diseñado por el arquitecto Gregorio Salamandekov y su emplazamiento en el parque fue muy cuestionado en su momento por considerar que estaba demasiado lejos del centro.

En las proximidades del año 1910 se decidió organizar un concurso para dotar a la plaza principal de un monumento que rindiera homenaje a Bernardino Rivadavia, con la intención de que la obra se inaugurara en el marco de los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo. Sin embargo, y luego de varias propuestas realizadas por diferentes escultores, se elige el proyecto de Luis Rovatti, el que por diversas circunstancias se inauguraría recién en el año 1946. La figura de Rivadavia se presenta sosteniendo papeles con su mano izquierda, en su función de estadista; debajo de la misma se advierte una antorcha con un fuego encendido y las fechas de su nacimiento y muerte. En la parte superior puede verse una figura femenina que extiende un brazo sosteniendo un pan, que simboliza el progreso y el avance a través de la agricultura. En ambos lados, y a modo decorativo, se ven cariátides y atlantes (figuras femeninas y masculinas, respectivamente).

Fue declarado Bien de interés artístico e histórico nacional.

Fue donado en 1928 por la colectividad israelita para el Centenario de la Fundación de Bahía Blanca. La obra del escultor Michael Yatvinsky conforma un tributo al barón Mauricio de Hirsch, quien donó gran parte de su fortuna para alentar la llegada de israelitas a nuestro país en busca de mejores condiciones de vida. Este monumento tiene cuatro caras que tienen placas en bronce, realizadas por el escultor argentino Israel Hoffman, que simbolizan la agricultura, la industria y la ciencia. Como remate, una ornamentación conformada por columnas y una cúpula.

Se encuentra frente al mástil que hace eje con la torre del Municipio, es un busto que lo configura al modo de los senadores romanos, y sosteniendo un libro. La escultura es de J. Vian, autor de varias obras de la ciudad. Caronti, con sus condiciones de esforzado ciudadano, de hombre honesto y elevado espíritu de cultura, son la mejor justificación al homenaje que se le tributa. Fue un militar ejemplar, y además por su labor como presidente del Consejo Escolar. Fue el primer Intendente nativo de la ciudad. En su testamento legó su cuantiosa fortuna por partes iguales entre el Hospital Municipal y la Biblioteca Pública Bernardino Rivadavia.

Se trata de un monumento donado por la colectividad italiana en el marco de los festejos del centenario de la ciudad. Fue diseñado y construido por el artista Vasco Vian, e inaugurado en 1928, y fue durante este acto que se entonó por primera vez el Himno a Bahía Blanca.

Se trata de una escultura emplazada en la Plaza Payró de la ciudad, lugar de descanso de este perrito que murió en 2019. Con una placa con la inscripción: “Cachirulo, caminante incansable, amigo de todos e inspirador de la lucha contra el abandono y el maltrato animal” y un código QR donde se resume la historia de este pequeño animal y amigo del barrio, fue realizada por la Escuela de Artes Visuales y gestionada por el Movimiento Argentino de Protección Animal (MAPA).

Ubicada entre calles Bernardino Rivadavia, Alberdi, Washington y Garibaldi. En su centro se encuentra el Monumento al Inmigrante Árabe colocado a finales de 1990 como iniciativa de Miguel Takla, integrante de la Asociación Sirio – Libanesa.

La obra fue realizada bajo la premisa de que Villa Mitre era “la Reina de las Villas” y le faltaba la corona, fue así que se construyó ese monumento, en homenaje al barrio y a las comunidades de inmigrantes que lo formaron desde un principio.

Antes del monumento había una farola, allí se cruzaban los caminos de la plaza en el centro, en forma similar a la Plaza Rivadavia. La farola fue trasladada al sector de juegos una vez colocada la fuente.

Se trata de un pequeño monolito ubicado dentro del parque, que se encuentra en buen estado de conservación. Fue construido en 2002 por el partido justicialista de la ciudad con la frase “Volveré y seré millones”, reconocida por la misma Eva Perón.

Ubicada en Av. Colón al 1800 entre las calles Sáenz Peña y O’Higgins. Es un lugar ideal para disfrutar del amplio paisaje verde con algunas plantaciones de árboles a los extremos. En el centro cuenta con un pilar cónico de hormigón blanco y un globo terráqueo de hierro en su punta. Cuenta con una ciclovía, una pista de salud y bancos.

Se trata de una figura a escala, de Gardel sentado en un banco. Originalmente, desde 2011, se encontraba en la puerta del Café Muñíz, lugar donde se alojó en ocasión de sus actuaciones locales, en el desaparecido Palacio del Cine, en 1930 y 1933.  Luego de varios actos de vandalismo, se decidió su traslado hasta el tradicional Café Miravalles de la ciudad.

Fue obsequiada por la colectividad inglesa en el centenario de fundación de la ciudad. Representa los cuatro elementos de aquel progreso: la navegación y el ferrocarril, aportados por los inmigrantes; y la agricultura y la ganadería, de origen nacional. Está realizada en mármol de carrara, su planta es trilobulada teniendo un obelisco como remate. La fuente se encuentra enmarcada por cuatro pilares pequeños que sostienen una farola cada uno, en el centro de la misma se puede observar un niño del cual emana agua. Una curiosidad de su diseño es que la representación de cada cara del obelisco está orientada hacia los lugares físicos donde se desarrolla la actividad mencionada, es decir, que la figura de una locomotora señala hacia la estación del ferrocarril, el barco señala al puerto, y así en cada caso.

Situada en frente a la Universidad Nacional del Sur, fue inaugurada el 18 de diciembre de 1978. La obra habría sido donada a esa casa por Zunilda P. viuda de López Francés, uno de los grandes hacedores de la Universidad. La pieza central es de autor desconocido, y es complementada en sus laterales con dos capullos de rosas de mármol de Carrara que fueron hechos por la escultora tucumana Lola Mora.

Ubicada en una pequeña rotonda en cercanías a la Estación de Ferrocarriles Sud, utilizada como fuente de agua para caballos de los carreros y los mateos de la ciudad que esperaban a los pasajeros de la estación de tren en la intersección de las calles Brandsen, Darwin y Av. Cerri. Fue recuperado en 1999 y reconvertido en parte de una fuente ornamental.